lunes, diciembre 30, 2019

Inseguridad

Parece que mi informalidad me lleva a no cumplir con el trato -que he hecho conmigo mismo- puntualmente. Lo hago, pero con retraso. No sé qué conclusión sacar de ello. Por lo pronto es que no me apetece mucho hablar de mi mismo. O por lo menos no me apetece hablar de mi mismo conmigo. Necesito un publico sobre el que proyectar una imagen. Una imagen que me haga más querible de lo que me quiero que es nada. Estoy seguro que alguien me ha visto el plumero pero no me lo manifiesta. Posiblemente porque le importo un pito. Porque no le gusto. Y eso todavía se me hace muy duro de digerir.

domingo, diciembre 29, 2019

¿Rosa?

Nada es verdad y nada es mentira. Todo es del color del cristal con que se mira.
He decidido verlo todo rosa. Fácil, amable y suave. 
Lástima que de repente las cosas se ponen difíciles, agresivas y rugosas. 
Pero son solo las cosas, no las personas.
Pero más que cosas son situaciones y las situaciones son una combinación de los elementos y las personas.
Ergo: de repente las personas se ponen difíciles, agresivas y rugosas.
Las personas no son rosas.
Las personas son marrones.
Un color muy difícil. El color de la tierra.
El color de la mierda.

domingo, diciembre 22, 2019

No le pidas peras al olmo

No le pidas peras al olmo.
Buen consejo pero necesitas un mínimo de cultura para seguirlo. Tienes que saber de donde salen las peras, reconocer un olmo, que los olmos no dan peras y que no hay manera -de momento- de conseguir que las den. La sabiduría popular necesita información previa a partir de la cual deducir su moraleja. Lamento decir que ni siquiera en estos términos existe hoy en día. Me estoy haciendo viejo y, lo que es peor, me lo siento. Estos conocimientos básicos que para mi generación eran tan obvios que ni siquiera los considerábamos, para las nuevas generaciones resultan incomprensibles. Tienen acceso inmediato a la información y creen que con eso es suficiente. No reflexionan, no relacionan y creen que todo es un dato, que las opiniones son subjetivas y confunden los juicios de hecho con los juicios de valor. Todo es confuso y dependiendo del estado de animo voto a Trump y salga el sol por Antequera!

Perdón ¿Antequera?
¿Ante qué era? ¡Arbañí! ¡Ahora estoy parao!

¡Y no lo entienden!

lunes, diciembre 16, 2019

No le busques tres pies al gato

- ¡No le busques tres pies al gato!
- Ni ganas.
- Lo disimulas muy bien.
- De verdad. No me complico la vida.
- Entonces ¿por qué este rollo?
- Ni idea
- ¿Ves?
- ¿Qué?
- Le estás buscando tres pies al gato.
- Si no hago nada. No pienso… ni quiero pensar.
- Pero lo haces.
- Es sin querer.
- Pero lo haces.
- Si lo hago sin querer ¿de que me sirve tu consejo?
- Para nada. Como todos los consejos.

jueves, diciembre 05, 2019

VERGÜENZA

¿Por qué siento vergüenza al recordar cosas insignificantes?
Cosas que posiblemente nadie recuerda.
Los testigos de las cuales mayormente han muerto.
Y, sin embargo, siento vergüenza.
Son actuaciones no muy afortunadas.
Que pasaron desapercibidas.
¡Y siento vergüenza!
Hasta el punto de que no las recuerdo.
Sólo cuando baja mi alerta,
Las desentierra mi inconsciente.
Y atacan
Para HACERME SENTIR VERGÜENZA!!!

Ahora no se me ocurre ninguna
Pero la otra noche, al conciliar el sueño,
Me asaltó una.
Que no recuerdo, por supuesto.
Y tuve que levantarme a fumar un cigarrillo…
Para olvidarla
Y seguir durmiendo
Me gustaría afrontar cara a cara estos recuerdos.
Desarticularlos
y descubrir porque siento vergüenza por ellos.

martes, diciembre 03, 2019

Mediocridad

Me importa un bledo!
Pero he estado a punto de olvidarlo y eso me habría importado
Luego, me importa
No se qué me importa
Ni cuanto
Creo que no quiero saber
Hay cosas que es mejor ignorarlas
O, a lo mejor, es que me incomoda pensar en ellas
Y no se por qué. Nada hay que sea vergonzoso
A lo peor, lo vergonzoso es 
Cuan mediocre he podido llegar a ser!

lunes, noviembre 25, 2019

ELLO

Ni se reconducen ni nada. No tengo ganas de hablar de ello. Sea lo que sea lo que pueda entender por ello. No quiero planteármelo y por lo tanto no tengo nada que decir. A estas alturas creía que podía enfrentarme a todo y, sin embargo, constato que lo único que hago es meter la cabeza debajo del ala y dejar que el tiempo pase. El sistema me ha funcionado bien hasta ahora. Un sistema del que no he sido consciente hasta ahora. Pensaba que lo calibraba todo y tomaba mis propias decisiones. Pero me he hecho consciente de que me dejo llevar. De que no lo controlo todo. Y lo que es peor: no se si quiero hacerlo. Pero, por otro lado, me he percatado de que sufro y si sigo así sufriré más. Y que debo empezar a poner el hilo a la aguja (habuga que puso un alumno batiendo un record de faltas de ortografía) y empezar a pensar en ello. Sea lo que sea ELLO.

jueves, noviembre 14, 2019

Brotes verdes

Parece ser que las cosas se reconducen. No depende de mi. Yo sigo sin hacer nada. Pero todo se va calmando. O por lo menos hace tiempo que no ocurre nada negativo. Que no me cae una hostia del cielo, vamos. Y así estoy. Tanto es así que por una vez soy puntual a mi cita de los jueves conmigo mismo. Espero que siga así. Que pueda tomar decisiones sobre mi vida de la forma en que estoy acostumbrado. Es decir, dejando un amplio margen al azar…
Y después me quejo cuando sale mal!
Lo cierto es que no me quejo, solo me quedo aturdido. Inconsciente. Paralizado. Y debo confesar que, de alguna manera y en ciertos ámbitos de mi vida, sigo así. Me sobrepasan las situaciones. Y en muchos aspectos creo que no me he enterado de nada. De que va este rollo de vivir. Tengo 61 años y sigo siendo un niño que no sabe lo que vale un peine. Mi única esperanza es morir antes de saberlo porque aprenderlo a estas alturas puede ser muy duro.
Pero tampoco me quiero morir.
Ni envejecer.
Ni...

jueves, noviembre 07, 2019

ANESTESIA

Hay una barrera entre el mundo y yo. 
Ocurren cosas. 
Me ocurren cosas pero me importa un bledo.
La palabra del día es 

ANESTESIA
AN ES TESIA
A NES TE SIA
A NE ST ES IA
A ESTE IA
ANESTESIA

jueves, octubre 31, 2019

ATURDIMIENTO

ATURDIMIENTO
Atur di miento (paro digues menteix)
Aturdido y miedoso
Aturdido y con miedo
Atur, Dido, y con mi Edo
A Turdi doy con miedo
MIEDO
Mi Edo
Miedo aturdido
Me siento
En el suelo

martes, octubre 29, 2019

HARTO

No tengo ganas de nada. Y cuando digo nada, es nada. Me siento como si tuviera una barrera entre yo y la vida. La veo pero no me afecta. Estoy aturdido. Me paso el dia aturdido. Nada me afecta y estoy harto. ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO……………………..
¡¡¡¡¡¡¡¡¡ ESTOY HARTO !!!!!!!!!!!

jueves, octubre 17, 2019

Inseguridad

Me siento obligado a escribir algo. Fijé los jueves y me parece que este es el primero que cumplo. Aunque no la hora. Pero voy progresando con mi indisciplina. Ya veremos que ocurre la semana próxima. Ya hable la semana pasada de las pocas ganas que tengo de profundizar en nada. Pero me siento viejo. Llevo la semana como en una nube. No se si es porque duermo poco o porque bebo mucho o fumo demasiado o simplemente porque tengo 61 años y ya no tengo la energía que tenía antes. Sin embargo, parece que doy el pego. Parece que me entero de lo que me dicen cuando no tengo ni pajolera idea. La sola idea de considerar proyectar mi trabajo fuera de mi me da una pereza enorme. Cuando veo a mis compañeros de trabajo desplegar la energía que despliegan tanto en el centro como con sus respectivas carreras artísticas me muero de envidia. Y sólo hago que decirme a mi mismo que ya se acabó. Que debería resignarme a que las cosas sean así, como son. Pero una parte de mi cree que haciendo esto que hago volveré a recuperar el cerebro y la energía que tuve. Eso espero, al menos.

domingo, octubre 13, 2019

Pereza

No tengo ganas de decir nada porque no tengo nada que decir o porque no quiero decir nada porque me da miedo hablar o me da pereza complicarme la vida. Es todo un rollo. Me entusiasmo por cosas en la imaginación que a la hora de llevarlas a la practica me resisto. Me da pereza y prefiero no hacer nada. Mi fuerte nunca ha sido la acción. No siempre he sabido lo que se había de hacer, pero cuando lo he sabido si lo he hecho ha sido venciendo una fuerte resistencia. Así ha sido mi vida. Pero ya estoy harto de vencer a mi pereza. Total ¿para qué? Si, al fin y al cabo, nos “fundiremos como lagrimas en la lluvia”.

domingo, octubre 06, 2019

SIMPLEMENTE

Sigo sin tener nada que decir. Prefiero seguir en silencio. Incluso tengo ganas de abandonar. Me aferro a cualquier escusa para no hacer esto. Y lo voy dejando. Por eso llega el retraso. Es como el piano. Quiero hacerlo pero no me pongo. ¿Miedo al fracaso? Posiblemente. Prefiero pecar de perezoso que herir mi vanidad y no poderme permitir la soberbia. Pero entonces ¿porque pretendo seguir con esto? ¿Qué sentido tiene? ¿Por qué lo hago? Creo que podría aclarar mis ideas. Pero ¿me hace falta? Una voz me dice , me chilla, que sí. Y otra dice que si he nadado aceptablemente en medio de esta tormenta hasta ahora puedo seguir así sin problema. No sé si va a servir o no, pero el hecho de no dejarlo me será útil. Simplemente.

jueves, septiembre 26, 2019

Nada que decir

La verdad es que no sé que decir. No tengo ganas de contar nada. No se me ocurre. Lo primero que me pasa por la cabeza es insuficiencia. Insuficiencia coronaria. No creo que tenga un problema de salud aunque es posible que sea lo que me preocupa. Considerar que la vida es frágil después de un accidente no deja de ser un tópico. Pero será eso. Me he dado cuenta que podría no estar y que mi vida es insuficiente. No me puedo quejar. Comparado con lo que corre por ahí. Pero no creo que sea esa a la insuficiencia que me refiero. En el fondo sé cual es pero no estoy preparado para escribirla. Tal vez más adelante. La verdad es que no quería escribir hoy. Tal vez es la primera vez que lo hago a la hora concertada. Por eso estoy falto de inspiración. No creo que nadie lea esto. Yo no lo haría. Vaya coñazo. Pero actúo como si así fuera a ser. Y siento pudor por rebelar algunas cosas. Cosas que no tienen más importancia por otro lado pero que a mi me sonrojan. Actuaciones del pasado que nadie más que yo recuerda y que intento olvidar. Misterios que tal vez he olvidado y que nadie me va a revelar. Tonterías al fin. Espero llegar a hacer algo que valga la pena. Y si no tampoco importa. Si he llegado hasta aquí sobrellevando la frustración, puedo seguir así hasta el final.

domingo, septiembre 22, 2019

Atropello

El jueves pasado no acudí a la cita porque me atropelló un coche. 
Es la segunda vez que me atropellan en mi vida. La primera tenía 17 años y fue un policía, en un semáforo. Es cierto que no miré, llovía a raudales, pero el se lo saltó en ámbar… Aún vivía Franco y la poli… era la poli!
Ahora me ha atropellado un coche que huía de los mossos. Se subió a la acera y me arrolló. Prefirió arrollarme a estamparse contra un autobús. Y huyó. Se escapó.
Todo tiene tintes de película de Almodovar. Por lo visto eran dos jovencitas con un bebé. Los primeros que vinieron en mi auxilio fueron dos camioneros. Uno de Ponferrada el otro no lo sé. No lo dijo. Pero me preguntaron el nombre y me dieron conversación para que no me durmiera. El socorrista de la ambulancia era igual que Javier Cámara. Y  a partir de entrar en la ambulancia hasta que me dejaron en el box de urgencias todo fue un plano secuencia de formas abstractas con entradas en el campo de primeros planos de gente amorosa preguntándome el nombre con un cariño digno de un niño atemorizado. Tal vez yo era un niño atemorizado. La verdad es que mi aturdimiento me impedía sentir. Era como si estuviera fuera. Como si aquello no fuera conmigo. No me lo podía creer. De hecho todavía no me lo creo. No sé que siento al respecto. Hace rato que vivo como con anestesia local. No siento. Ni lo bueno, ni lo malo. Sólo lo miro desde fuera. Puedo hacer chistes. Y los hago. Como que me ha tocado ser un personaje secundario en una película de acción. Un personaje que ni siquiera sale en los créditos. Pero no creo que sea cosa de risa. Te das cuenta, mi cerebro se da cuenta, que podía haber muerto. Sin ninguna trascendencia. Así sin más, desapareces. Ya no estas. Esto lo sé. Pero no lo siento. A lo mejor, es una reacción de autodefensa. Para no sumirme en la depresión….
Pero también es deprimente ser un extra sin frase!
A lo mejor es eso lo que somos.

viernes, septiembre 13, 2019

Anestesia local

Anteayer cumplí 61 años. 
Debo repetírmelo para tomar conciencia. 
Y aún así no lo hago. 
Vinieron amigos a una cena sorpresa. 
Fue agradable. 
Pero estaba y estoy ausente. 
Lo veo todo desde la barrera y nada me afecta. 
Ni lo bueno, ni lo malo. 
Estoy anestesiado, pero con anestesia local. 
Puedo observar lo que ocurre. Sin sentir.
Podría fingir las reacciones pertinentes. 
De hecho, en cierta forma lo hago. 
Pero no siento. 
Posiblemente las circunstancias me desbordan 
y esa sea mi reacción de autodefensa. 
Pero, aunque evite el dolor, eso no hace que me sienta mejor. 
Con esto no quiero decir que me gustara sentir 
el sufrimiento que las circunstancias me infringen. 
Estoy convencido de que no es así. 
Pero esta sensación de anonadamiento me bloquea. 
Hace que mis reacciones sean lentas, 
aunque, no por ello, mejores, 
más acertadas. 

Tengo distintas opciones para distintas cosas. 
Pero todo me da igual. 

Espero que este estado no se instale en mi vida de forma permanente.

sábado, septiembre 07, 2019

¿Cómo me siento?

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¡¡¡AGOBIADO!!!

viernes, agosto 30, 2019

Papá

Ayer esparcimos las cenizas de mi padre al pie de un enorme olivo en una finca que había significado mucho para él. Fue un acto muy emotivo y lleno de significado. No estoy muy seguro que él lo hubiera apreciado. Hay tantas posibilidades de que sí como de que no. Eso demuestra el grado de conocimiento que había entre mi padre y yo. Muy poco. Y era reciproco. Sin embargo, eso no me pesa. Pudo pesarme en otras épocas pero ahora, la verdad, es que no. Tampoco creo que le pesara a él. Nuestra relación fue así… y después de 60 años no se puede pedir peras al olmo. De hecho, lo razonable es no pedírselas nunca. Pero, a veces, la inexperiencia hace que confundas el olmo con un peral y te desesperas por la falta de productividad. Pero a los 60 años no caben dudas y si las hubiera sería un problema.
Mi padre no era una persona religiosa. Era demasiado egocéntrico para creer, o necesitar, a Dios. A pesar de haberse educado durante el franquismo y en una familia supuestamente de “derechas” la religión para el era una cuestión social, un motivo de reunión familiar o una escusa para abandonar momentáneamente el negocio que era lo importante. Más importante que su propia familia. Es decir, yo. Soy digno sucesor de mi padre en cuanto a egocentrismo.
He estado pensando y solo tengo tres recuerdos con mi padre en los que actuáramos como padre e hijo.
Cuando me atraganté con una espina de pescado y me hizo comer miga de pan a mansalva y una vez tragada me la sacó del calcetín blanco. Yo tenía 3 años.
Un paseo, el único que hice con él, donde me enseñó que arena en catalán se dice “sorra”. Yo tenía 5 años.
Cuando me llevó al psicoanalista después de mi segundo intento de suicidio y me esperó sentado en las escaleras de la entrada hasta que salí. Yo tenía 22 años.
Es poco.
Lo sé.
Pero hay gente que tiene menos.
O lo tiene peor.

jueves, agosto 22, 2019

ESTOY

No era
Estoy
No seré

En el “Estoy” transcurre mi vida. La que tengo. No tendré otra. Puedo fantasear con otras encarnaciones, con vidas paralelas, con cualquier fantasía que haya imaginado un artista. Pero la realidad es que no tengo nada más que lo que me queda de la botella. ¿Está medio llena o medio vacía? Puedo mirar el pasado y pensar que si hubiera actuado de otra manera mi vida habría sido diferente. Pero no mejor necesariamente. Simplemente distinta… ¡y lo más probable es que entonces añorara la posibilidad de esta!
No me arrepiento de demasiadas cosas. Y de las que me arrepiento son cosas anecdóticas. Por lo tanto podría decir que no me arrepiento de nada. 
Dicho así queda muy mono, muy enrollado, muy… Pero no lo vivo así. Mi vida ha sido un ir y venir, una adaptación a algo que me venía grande. Mi formación, no la académica que también, sino la vital, no me preparó para lo que me encontré después. De hecho, tuve problemas de adaptación desde el principio. 
Tal vez desde el principio, no. Mientras estuve en la avenida Gaudí creo que tuve una integración con los niños de la calle muy buena. Nunca me sentí extraño. Fue cuando nos fuimos a vivir a Rubí que empecé a tener problemas de relación. No es culpa de nadie. O tal vez del sistema. Ahora habría tenido a alguien que me aconsejara. O tal vez no. El progreso, no sólo tecnológico sino también social, me parece a estas alturas una falacia.
Me pregunto muchas veces cual habría sido mi vida si hubiera tomado otras decisiones.  Y es un pensamiento, que aunque tentador, procuro evitar. No sirve para nada. 
Me queda lo que me quede. Y si de algo sirve el pasado es para estar preparado para el futuro. No para prevenirlo, sino para tener estrategias para ir capeando el temporal. Es una de las metáforas que veo en las corridas de toros: la vida es una bestia salvaje que te ataca y tú tienes que sortearla, y si lo haces con gracia te llevas el aplauso del público.
No quiero tener público a estas alturas. Todo el mundo lo tiene gracias a las redes sociales. Y la verdad es que prefiero preservar mi intimidad. 
Aunque esté escribiendo esto. 
Tal vez algún día intente aclarar esta contradicción. Pero en el siglo XXI, que viene después del XX donde los derechos del individuo y su intimidad eran un dogma religioso, la intimidad ya no existe. Y si la quieres, te la tendrás que trabajar. Como antes la revolución.
Soy un hijo de siglo XX.

VERDE

  El verde es el color de la esperanza, que renace de la muerte, con su frescura y su belleza devuelve la vida a la naturaleza y a los hombr...