VIOLETA

 

El violeta es el color del cielo,

que mira hacia lo profundo de nuestra alma,

con su tono místico y su esencia espiritual,

nos ayuda a encontrar la paz interior y la calma.

Este color es el mejor para equilibrar el sistema nervioso

y ayuda a relajar la mente, alivia el estrés y la ansiedad,

mejora la concentración y la creatividad

y fomenta la intuición y la conexión con uno mismo.

Para la cromoterapia, el violeta

es un camino hacia la espiritualidad y la meditación,

que nos lleva hacia la luz interior y la verdad.

Así que si buscas encontrar la paz

no dudes en usar el violeta,

será tu mejor aliado en tu búsqueda.

Es el color del cielo, de la verdad,

que te ayudará a encontrar la luz interior y a ser libre.

CONTRA LA MOLICIE

El rojo es el color de la sangre caliente,

que late con fuerza en las venas,

con su energía y su vitalidad

devuelve la vida a quien la pierde.

Este color es el mejor para el sistema cardiovascular

y ayuda a mejorar la circulación,

aumenta la resistencia y la libido

y ayuda a motivarse y actuar.

La molicie es vencida

con el poder del rojo en la terapia,

y el cuerpo se siente más vivo.

Así que si buscas combatir la falta de energía

no dudes en usar el rojo,

será tu mejor aliado en tu lucha.

Es el color del amor, del valor,

que te ayudará a renacer y a volver a ser libre.

AMARILLO

 

En el cálido sol amarillo se esconde

un poder curativo que alivia el dolor,

su luz es vida, su brillo esperanza,

que renueva el espíritu y el corazón.

Este color es el mejor para el sistema nervioso

y ayuda a mejorar la digestión,

aumenta la autoestima y la confianza

y ayuda a recordar y la concentración.

La depresión y la ansiedad son aliviadas

con el poder del amarillo en la terapia,

y la mente se siente más equilibrada.

Así que si buscas curar tus enfermedades

no dudes en utilizar el amarillo,

será tu mejor aliado en tu sanación.

Es el elixir de la vida, el bálsamo del alma,

que te ayudará a sanar y a volver a ser lo que eras.

Cansancio

La mente cansada, un barco sin viento, en un estado de letargo y apatía, el cerebro, un libro cerrado, y no sabe cómo salir de esta tristeza.

Es una lucha interna, una batalla, tal vez una mezcla de oscuridad y luz, un sentir objetivo y subjetivo, que nos deja en un estado de desesperanza.

Pero no pierdas la esperanza, mi amigo, busca ayuda en el sol y en la brisa, y encontrarás la fuerza para seguir.

Y así, como un árbol que vuelve a florecer, volverás a vivir con alegría y pronto, tu mente y cuerpo sanarán y volverán a la vida.

Canción de cansancio

La tristeza me invade, el cansancio también,

y en la oscuridad me pierdo.

La mente está cubierta de niebla,

y el corazón lleno de oscuridad.

La razón se ha desvanecido,

y solo queda la desesperación.

Pero en algún lugar, una llama aún arde,

un faro que en la distancia, me guía.

Aunque el camino sea oscuro,

y el cansancio me acompañe,

seguiré adelante.

Y si el destino es ser triste,

me sumerjo en ese estado,

y dejo que el tiempo pase.

Apatía que siento

Apatía que siento, busco ayuda en vano,

cuestionarios como Beck, Hamilton y GAD-7,

solo son indicio,

no sustituyen al verdadero diagnóstico.

Es necesario hablar con un profesional,

psiquiatra o psicólogo, que nos guíe,

en el camino hacia la sanación,

y nos brinde un tratamiento preciso y adecuado.

Mientras tanto, no te desanimes,

hay cosas que puedes hacer para sentirte mejor,

como ejercicios de relajación, actividad física, 

y… buscar apoyo en amigos y familiares.

Recuerda que estar en crisis no es una debilidad,

buscar ayuda es una muestra de valentía.

Blassé

 

Aquí estoy, apático y sin fuerzas,

con una indiferencia que me invade,

nada me emociona ni me conmueve,

todo me resulta aburrido y vacío.

Pero aunque mi corazón esté de vuelta,

y nada parezca sacudir mi tristeza,

sigo creyendo en el cambio y en la esperanza,

en que el sol volverá a iluminar mi mesa.

Quizás mañana el aire me traiga alegría,

y el viento me cante su canción de amor,

y las cosas volverán a tener sentido,

y de nuevo podré sentir pasión y fervor.

Así que no pierdo la fe y la confianza,

en que algún día volveré a la vida.