La tristeza me invade, el cansancio también,
y en la oscuridad me pierdo.
La mente está cubierta de niebla,
y el corazón lleno de oscuridad.
La razón se ha desvanecido,
y solo queda la desesperación.
Pero en algún lugar, una llama aún arde,
un faro que en la distancia, me guía.
Aunque el camino sea oscuro,
y el cansancio me acompañe,
seguiré adelante.
Y si el destino es ser triste,
me sumerjo en ese estado,
y dejo que el tiempo pase.
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