Es complicado escribir sin saber que decir. Cuando no tengo que hacerlo las ideas se agolpan en mi cerebro. Pensamientos e intuiciones francamente brillantes que se desvanecen en cuanto me pongo al teclado. ¿Será que soy tan egoísta que quiero reservarme esas joyas del pensamiento sólo para mi deleite? No creo. Esto también lo escribo para mi. Para mi futuro. Para que cuando pierda la memoria pueda leer estas líneas y pensar con nostalgia lo bien amueblado que tenía el cerebro. A lo mejor, es eso lo que no quiero. Anticiparme a la nostalgia. Vivir el presente y dejar de añorar el pasado. Aunque como propósito eso ya me pilla un poco tarde.
jueves, abril 16, 2020
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